Despertaron abrazados, Michael no acostumbraba a hacer el amor y quedarse durmiendo con sus sumisas, por lo general, solamente tenía sus sesiones de sexo y se iba a dormir a su casa. Nunca le gustó la compañía de ninguna mujer, pero, en cambio, con ella era todo lo contrario. Le gustaba su compañía en la cama, a pesar de que se cuidaba para no tener sorpresas, siempre usaba condón con las demás mujeres.Él sabe que, con ella, él es el único hombre que la ha tocado íntimamente, así que no necesitaba utilizar protección, ella lo hacía sentir en paz, a pesar del carácter de los mil demonios que ella posee, lo que encuentra en ella, es algo que no lo sabe explicar con palabras. Ese día la llevó a la empresa, necesitaba hablar con su jefe para que la cambiara de puesto.—¿Por qué renunciar? —No era una opción, aunque él eso quería— Ya te dije que no es necesario, sé cuidarme sola, ahora ya sé qué hay más de un psicópata, no debo bajar la guardia.—¡Eres terca! Como no quieres dejar de trab
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