Qué demonios está diciendo, yo no he tenido a ningún hombre en mi vida, es que ha de creer que soy una mujer experimentada, claro, ni que ande un rótulo en la frente que diga sin experiencia. No puedo quedarme aquí bajo su merced, tengo que huir como sea, ha subido su mano desde mi pierna hasta mi intimidad, baja mi tanga y mete sus dedos, esto no me puede estar pasando, este hombre me va a follar con los dedos. No resisto tantas sensaciones que siente mi cuerpo.—Te gusta, estás bien mojada, quiero que abras un poco más las piernas.—No, no sigas, no quiero, ¡Mm! Que pares. —logro decirle, él me inmoviliza y con sus piernas abre las mías, estoy tratando de soltarme, pero pierdo fuerzas con el placer que me está dando—No sigas, por favor.—Te daré una lección, por tu mal comportamiento, está muy húmedo y caliente, al parecer tu cuerpo es tan sensible. —estoy sintiendo sus dedos cada vez más profundos, de presto tocan su puerta. Escucho cuando maldice.—Señor, señor, lo buscan. —se oye
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