No quería despertar de aquel sueño, donde estaba apretada de aquel cuerpo fornido, que le murmuraba palabras hermosas y le daba besos en la cabeza, la estrechaba fuerte cada tanto y la acariciaba tiernamente, era el sueño más relajante que había tenido jamás y se sentía más que cómoda, se sentía querida y consentida. Era un hombre grande porque ella se sentía chiquita entre sus brazos, totalmente recogida en aquel lugar calientito que era mejor que cualquier paraíso, así se debía sentir estar en los brazos de Jeremy…..-Espera qué? Ahhhhhh! en dónde estaba?, ¿quién era ese hombre que cada vez sentía más real y caliente?, por Dios no era un sueño? – pensaba Hanna cada vez más consiente, despertando a la realidad, abrió primero un ojo poco a poco, tratando de salir de los brazos que la envolvían y pudo ver un enorme pecho que subía y bajaba con una calmada respiración, tenía el pecho un poco descubierto y Dios que hombre, pero era aquel pecho, el que había visto con las manos de aquell
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