Me desperté en el coche y no me importaba en ese momento si el tiempo que llevaba en aquel lugar era mucho o poco, lo único que necesitaba era mi dosis matutina de café. Quizá no sería muy temprano, pero necesitaba mi droga, caliente sobre todo y muy fuerte. Me di cuenta de que beber hasta altas horas de la noche, ya no era algo de lo que mi cuerpo pudiera soportar, sin embargo y francamente me daba igual. De pronto empecé a escuchar la melodía de mi móvil, volviendome loco y buscando por todos los lugares del coche, hasta que por fin lo encontré en el bolsillo de mi pantalón, pero mire la pantalla y sin ver ni pensar en quien me llamaba, pulse el botón de apagar, acallando así aquel maldito móvil, ya que tenía un fuerte dolor de cabeza. Puse en marcha mi coche marchándome de aquel lugar para ir a la ciudad, donde estaba mi empresa, ya que en la esquina estaba la cafetería donde todas las mañanas, iba a tomar mi café antes de entrar a trabajar. Cuando llegué, aparqué el coche,y cuando
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