Kate se removió en la cama, soñolienta. No tenía ganas de levantarse a pesar de que se sentía realmente bien, quizás mejor que bien, hacía tiempo que su cuerpo no estaba tan ligero. Una sonrisa tonta se dibujaba en sus labios rosados y rellenos y se rascaba la panza llena de forma satisfactoria.Había tenido un sueño algo raro, pero bastante placentero y demasiado realista, por cierto. Solo no le había gustado mucho que el protagonista de su sueño le daba ganas de patearle el culo, pero al menos lo compensaba con otras cosas. Como, por ejemplo, la forma en que se había movido contra su cuerpo, específicamente entre sus piernas, contra su cadera, podía darle un 12 de 10, aquella bestia si sabía cómo complacer a alguien, su buen cuerpo, un cabello ligeramente rojizo, un rostro… a la mierda, no recordaba el rostro, como que ya era una costumbre algo problemática. Pero que importaba era un sueño, no era como si ese hombre se fuera a materializar. Una lástima.Y Panquecito.Un bufido salió
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