88- Los rehenes.
-¡Te amo papá!Eduardo se encontraba allí, parado en silencio frente a la cama de su padre, observando con tristeza la figura de su progenitor.-Eduardo hijo,¿ocurre algo?El rostro de Victor se iluminó al verlo, como si la presencia de su hijo le hubiera devuelto la tranquilidad,estaba muy preocupado,pronto la imagen del joven se desvaneció en la habitación.Se sobresaltó al escuchar un grito ahogado proveniente de afuera. Se levantó de un salto, con el corazón latiéndole rápidamente, asustado por lo que pudiera haber ocurrido. Pero pronto se dio cuenta de que todo había sido un sueño, una extraña pesadilla.-¡Ay caramba fue un sueño!-.Dijo secando el sudor de su frente.En ese momento, alguien tocó la puerta. Victor se apresuró a abrir y se encontró con Clemencia, el ama de llaves de la mansión, con el rostro bañado en lágrimas y una expresión de profunda aflicción.-Señor, el joven Eduardo…-.Clemencia apenas podía articular las palabras, tan abrumada por la trágica noticia que d
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