En la cocina, un delicioso aroma picante y fresco se escapaba, haciendo que Daniela no pudiera evitar salivar.Al acercarse, descubrió que el chef Pablo había abierto un frasco de chiles encurtidos.—Estos chiles están realmente bien encurtidos— exclamó Daniela, impresionada.El chef Pablo, al ver que era ella, respondió con alegría: —Hoy trajeron dos pescados, estaba pensando en hacer ceviche, ¿qué opina la señora?Daniela asintió rápidamente: —Ponle menos chile.Aunque los ancestros de los Romero estaban acostumbrados a sabores más intensos, en estos últimos años, Fernanda, al envejecer, se preocupaba más por su salud y prefería sabores más suaves.Con el fuerte olor en la cocina, Daniela se sirvió un vaso de agua de limón y subió las escaleras rápidamente.*Arriba, Sebastián no llevó a Sofía directamente a ver a Fernanda, sino que la llevó a su habitación para descansar primero, y luego se fue solo.Fernanda, al enterarse de que había traído a Sofía a casa, lo regañó severamente.
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