Escuché el auto afuera, estaba muy nerviosa esperando a mi papá, mejor dicho, muy asustada no era para golpear no nada de eso, pero cuando castigaba eran muy cómo decirlo molestosos, prácticamente para mí era una carga en mi adolescente vida, mi vida social iba al traste cuando me castigaba y hoy no era la excepción, lo vi entrar alegre, eso me pareció muy extraño y saludo—Buenas noches con toda mi familia —Eso más me inquietó, ¿mi papá alegre?, ¿o es alguna estrategia para engañarme? Mis nervios ya explotaban, hasta me abrazo diciendo—Hola, niña malcriada, bueno eso no, nosotros te criamos bien como dijo el profesor ehm, ah, rebelde, ese epíteto te queda como anillo al dedo jajajajaMadre mía, ¿qué mierda está pasando aquí?, ¿se le pasó el enojo? No creo, mi papá jamás olvida una desobediencia o algún castigo, mis nervios estaban por las nubes y más mirando ingresar a la casa a mi mamá también ¿alegre? No, no, no, Ay, Dios ahora si me da el patatús —se sentaron riéndose en el sofá
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