—Gracias —Mariana le sonrió a Walter con indiferencia—. Dame tu cuenta y te transferiré el dinero.—Es un regalo de mi parte —respondió él.Mariana replicó de inmediato: —¡Es solo un vaso de té, puedo pagarlo! No necesitas invitarme.—Mariana, no es necesario que estés así, tan a la defensiva —dijo Walter, frustrado—. Aunque no podamos volver a estar juntos, al menos podríamos ser amigos. No hace falta ser enemigos.—Desearía que fuéramos enemigos —Mariana sonrió con ironía.Walter se quedó sin palabras.Mariana repitió: —Dame tu cuenta bancaria.Estaba decidida a devolverle el dinero.Justo en ese momento, Vicente se acercó. —Ya tengo las entradas, podemos ir a pasar el control.Mariana asintió.Como Walter no quería aceptar que le devolviera el dinero, ella decidió pedirle otra bebida.—Hola, una igual para él, por favor —dijo Mariana, señalando a Walter.Una vez que terminó de hablar con el camarero, se unió a Vicente y se alejó.Dejó a Walter solo, con el rostro oscurecido por la i
Leer más