Quizás su rostro cambiaría en ese momento, incapaz de sostener su personaje, volviendo a tratarla con rudeza, obligándola a salir de allí directo a una clínica de abortos para terminar con lo que él de ninguna manera quería.Ella suspiró profundamente, dándose cuenta de que no importaba cómo él la tratara o fingiera ser, al final, Ethan solo pensaba en sus propios intereses, mostrando que no le importaba nada más. Independientemente de si era bueno o malo, nunca podría contarle sobre su embarazo, o más bien, nunca podría saber acerca de ese niño. En un impulso, pensando en su futuro, tomó el teléfono y llamó a su madre, quien vivía en México. Sabía que debía contarle la noticia a su familia, incluso si sabía que la bombardearían con preguntas.—Hola, hija, parece que adiviné, estaba a punto de llamarte. —Carmen, su madre, dijo del otro lado de la línea.—¿En serio? ¿Pasa algo? —preguntó.—No te preocupes, no pasa nada, solo tuve un sueño esta noche contigo, incluso pensé en llamarte a
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