— Nada, solo quiero que estés cómo…— Estaba hablando, pero mis palabras se detuvieron cuando ella volteó hacia mí y sus garras se clavaron en mi garganta e intentó hundirlas más para degollarme, pero lo impedí empujándola con una patada en su estómago, lanzándola lejos, haciendo que se golpeara contra la pared. Podía sentir la sangre salir de mi garganta y puse mi mano para frenarla, pero ella no había tocado lo más importante, aunque no podía hablar ni gritar, no moriría, mucho menos siendo un híbrido, mi capacidad de curación era mayor a la de cualquier lobo. — Te voy a matar maldito, no dejaré que mates a mi padre, que sigas haciendo daño. — Masculló ella recomponiéndose para volver a lanzarse hacía mí y estaba cada vez más desconcertado. En este tiempo sin vernos ella había cambiado, no era la misma chica que conocí antes, ahora era más audaz y fuerte, aunque aún era sensible, tenia mucha más fuerza y estaba dispuesta a luchar. Esto me resultó intrigante. Ahora entendía porque
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