Por Cristian Cuando la veo salir de su casa no se le ve demasiado que tiene puesto, parece que se esconde a través de ese atuendo, pero cuando se saca la capa al bajar del auto y la veo, me sacó el aliento, que culo, por dios y que piernas, ya estoy pensando en hacerle mil cosas, sin embargo, vamos a una confitería, que si bien es bastante intima, también es pública, por lo que trato de controlarme, de todos modos, charlar con ella me encanta, su conversación es de una chica instruida, no me gustan las chicas huecas, claro que en general con las chicas que estoy, no hablo casi nada, solo es sexo. Vamos a mi departamento, pensaba llegar hasta donde ella me permitiera, charlamos un montón antes de empezar a besarnos, pero me acerco a ella y lo que pretendía ser un beso casi casto, se convirtió en un beso de una pasión salvaje, desenfrenada. A medida que mis manos recorrían su cuerpo, estábamos los dos descontrolados. Nunca me pasó sentir tanto deseo de poseer a alguien, en general m
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