—Sara, está enferma, S-Sara…—solloza—, se está muriendo, tiene problemas en su corazón, se está hinchando sus pies y manos, no las siente a veces. Está débil, solo duerme. Y-y días atrás su tos fue insoportable al pasar la crisis se durmió, sin embargo, su pecho bajaba y subía muy rápido y joder, estoy segura de que algo pintaba en él. ¡Joder, Samuel!—grita y me empuja del pecho—, ¡Sara quiere morir, no quiere decirte nada ni a ti, ni a ninguno de los chicos! ¡Tiene tiempo con esto oculto y sabes algo más al enterarse de que volviste con la puta rubia y que esperan dos debes tuyos, fue suficiente para ella, para alejarte!—¿¡Mierda dices!?—le gritó ella no se inmuta—, ¡como mierda pudo ocultar algo así! ¡Joder! Es su salud y tú, cómo pudiste seguir callada, Patricia. Ella misma me alejó, yo nunca quise hacerlo, me engañó Patricia, pero eso no quiere decir que no podía decirme lo que pasaba con ella.Patricia se queda callada y mi cabeza trabaja rápidamente. Ya va, pero…, Sara me alejó
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