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Todos los capítulos de Quédate a mi lado: Capítulo 31 - Capítulo 40
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31. Muéstrale
San FranciscoLos parlantes de la habitación de Prescott se encendieron con sonidos que invitaban a la relajación, cosa que lo despertó, al ver la hora él decidió que debería levantarse, igual no volvería a dormir.Sisa, quien no sabía el manejo del sistema audiovisual, había encendido el sonido ambiental, pensando que se refería al espacio en el que se encontraba, lo cual era erróneo, pues este activo todas las bocinas en el departamento.Con la intención de apagar el sonido, Prescott fue a buscar los controles porque gracias a su terquedad había quitado la aplicación que le ayudaba a manejarlos desde su teléfono móvil.Al llegar a la sala de entretenimiento, la pantalla estaba encendida, pero nadie a la vista, unos pasos más y la vio en el piso sobre uno de esos tapetes, Sisa estaba estirándose, él no quiso interrumpir.Y ella no lo vio, por lo que Prescott sin esa intención quedo en una especie de trance por no decir que la estaba espiando, ella seguía con un flujo de movimientos l
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32. Recompensa
San FranciscoLa cena ese día fue para celebrar lo bien que le había ido a Elliot en la presentación escolar, de esa forma motivaban a que el niño siguiera progresando.Para Sisa fue extraño que festejaran un pequeño logro, Prescott le explico que para él había sido siempre así, sus padres reforzaban los buenos comportamientos con reconocimiento.Ella estaba contenta por la forma en que Elliot sería feliz en aquel lugar, ya no tenía dudas, esas personas eran genuinas, amaban a su hijo y procuraban su bienestar.—Como recompensa por tu proyecto... mañana saldremos de paseo —dijo Prescott a su hijo, a quien se le iluminaron los ojos.—¿A dónde iremos? —su voz reflejaba la emoción.—¡Es sorpresa!—Pero papá, me gustaría estar preparado.—Yo me encargo de los detalles —le guiño el ojo.Con ello, Sisa y Prescott se despidieron más pronto de lo habitual por la necesidad de descansar para su aventura.En el trayecto, Prescott seguía contagiado por el entusiasmo que demostró Elliot por su pas
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33. Incompetente CEO
El día comienza con el murmulló de la vida, aves y sus distintivos sonidos, lo que lo hace tan real, nada que ver con los ruidos de la ciudad.Sisa está tan cómoda que se acurruca más, acomoda su cuerpo a una postura para seguir asegurando la calidez que siente, solo que la fuente de calor se mueve, ella le sigue, inhala profundo ante un aroma que le agrada.Sisa entre dormida, luego de tan solo unos instantes experimenta como su piel se aviva ante un aire tibio en la oreja, no es molesto, pero definitivamente no es una sensación para relajarse y seguir cómodamente durmiendo.Tontamente, voltea un poco la cabeza para descubrir lo que genera su incomodidad, se queda quieta al percibir algo más, también con el rabillo del ojo puede ver a Prescott detrás de ella.Parpadea un par de veces en un intento por recuperar las últimas memorias que le den respuesta de por qué está ahí con él.—¡Oh por Dios! —grita ella sobresaltada, —¡Prescott! —ella se recorre lo más lejos de él, lo que aquel re
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34. Revelaciones
Un escándalo de magnitudes ridículas hace que la familia Kingsley Harrington este presa en su propia casa, porque los reporteros están al asecho, hasta Sisa fue sorprendida cuando pretendía salir a realizar algunas diligencias. Tuvo que regresar de nuevo a la seguridad del edificio, no tenía la menor idea de porque al asomar las narices una bola de gente se le había abalanzado a preguntar sobre el estado mental de Prescott. Por suerte el personal de seguridad del edificio la jalo y la enviaron de vuelta al pent-house, una Sisa asustada y nerviosa no tiene de otra más que llamar a Prescott, quien no atiende a la llamada por estar ocupado. Más tarde, el teléfono de Sisa suena y Leo la pone al tanto de lo que acontece, le aconseja no salir, por su parte ella le dice que es muy tarde para la advertencia. También le informa que por el momento no podrá reunirse con Elliot. Olivia llama a Sisa para dejarle saber que ellos están bien y cuestionarle cómo se encuentra ella, lo que más le
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35. No lo he olvidado
San FranciscoDespués de la locura y días sin dormir, la calma apenas se vislumbraba, no para todos porque una llamada puso de mal humor al CEO. —Perdone que lo moleste, es el chófer, dice que es importante —Leo le pasa la llamada. —¿De qué se trata? —Traje a la señora Sisa a las oficinas de Callaghan y asociados, pero me ha dicho que no la espere, por supuesto que no la obedecí. Y la acabo de ver salir en un auto con un hombre. Prescott deja salir el aire pensando que el chofer debería estarles siguiendo, pero claro, él tenía la culpa por no especificar el alcance de lo que esperaba que hiciera al estar a disposición de Sisa—¿Viste el rostro del hombre? —ante la respuesta positiva —te enviaré una foto, dime si es él. Prescott envía la foto de Erik y el chófer confirma que era él, por el momento no sabe qué puede hacer, menos cuando es interrumpido por su asistente para que siga con su horario, el cual está repleto. Su día solo iba empeorando, ya que al terminar la comida baja a
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36. Experimentos
La comunicación es la clave, para algunos de los problemas, pero en este singular caso era difícil hacerlo, ella quería extraer hasta el más mínimo detalle con la mejor de las intenciones. Y él hasta no hace mucho se encontró un poco más cómodo siendo honesto con Boyce, hablar de temas sexuales con una mujer que no veía hace mucho era una locura. Sin embargo, luego de sopesar sus opciones, no aventurarse con este loco plan sería un desperdicio, más por las iniciales emociones que Sisa le provoco, ansias y nerviosismo no estaban en su repertorio. Y ella con tan solo avisar que iría lo había despertado a la expectación, las circunstancias eran especiales y podría ser que debido a ello el conjunto era determinante. En el cerebro de Prescott pareció buena idea que, así como se inició su problema, podía terminar con el mismo sujeto, ¿Sisa lo lograría? Sisa no perdió tiempo, en su habitación leyó en reiteradas ocasiones las respuestas de su paciente, en su perspectiva él necesitaba des
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37. XXX
Alguien debía hacer algo, ya que con la misión que le había dado Prescott a Sisa, esta estaba en modo investigadora.Un montón de material llegó al departamento, todo el tiempo estaba con la laptop y un libro, intentando absorber conocimiento para darle solución al problema que tenía.Y Prescott sentía que estaba perdiendo el objetivo principal de aquello, que era acercarlos a ambos más y más.A los ojos de Sisa, él era un sujeto de pruebas, y para él eso era una despersonalización, debía darle rumbo a todo aquello, por lo que sacaría de su rutina a la científica.Le envió un paquete junto a una invitación, una hora, dos horas... luego de que le confirmaron su recepción, no pudo aguantar porque suponía que ella le llamaría para ponerse de acuerdo, cuando esto no paso él la llamó.—¿Qué haces?—¡Oh! Es que acabo de recibir unos paquetes.—¿Y...?—Debes verlos dame un segundo —Sisa volvió la llamada, una videollamada, Prescott esperaba verla con el presente puesto, lo que vio fue nada d
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38. Forzado
El objetivo se había alcanzado, un Prescott satisfecho se daba una ducha, mientras que Sisa estaba en su recámara avergonzada por lo que acababa de hacer, parada frente al mueble de lavamanos, se miró en el espejo. Y es que en cuanto bajo la lujuria del momento, ella se había incorporado y salió a toda prisa, negó con la cabeza y una sonrisa de incredulidad apareció en su rostro, ¿había algo que no haría por su Elliot? Se sacudió, estaba siendo cobarde, no era solo el acuerdo, Prescott era condenadamente atractivo, no debía fingir demencia, tenía que aceptar y hacer consiente lo que él la hacía sentir, como por ejemplo el efecto de bailar con él o los cumplidos que recibió de su parte. A la mañana siguiente ella no quería estar incómoda en la presencia de él, solo que en el minuto en que esos dos se vieron a la mente de Sisa vinieron toda clase de imágenes de el semidesnudo, fue visible su rubor. Prescott por su parte tomo la decisión de ir a la velocidad que Sisa marcara, verla p
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39. Opciones
Los eventos habían tomado un rumbo que ella no tenía en mente, pedir una llave para una habitación era para que Prescott pudiera comprobar si su problema estaba en remisión. Estar entre sus brazos no lo esperaba, Prescott emanaba calor por cada uno de sus poros, cada que sus ojos se encontraban transmitían deseo, no parecía que solo estuviera asegurándose de tener sexo. Y para ser honestos, Sisa estaba envuelta en todo el ambiente de pasión que Prescott mostraba desde el momento que la arrastro al interior de la habitación. No podía negar que era excitante verlo en completo control y diciendo cosas de forma directa, así como le gustaba a Sisa. Y qué decir de sentir los labios de ese hombre, eran tan suaves y a Sisa le provocaba morderlos, así que después del primer contacto, ella se entregó a ir en autopiloto concediendo todas las acciones que demandaba su cuerpo en busca de esa gratificante sensación que él le producía. Allí, con la espalda contra la pared y la sesión de besos q
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40. La verdad
Un ambiente raro entre ambos se apodera del espacio, no había sido buena idea después de todo. Así como había pedido Sisa, ellos regresan al departamento de Prescott, cada uno sumergido en sus propios predicamentos. La atracción que ambos sienten no puede ser suficiente, menos cuando ellos son solo dos perfectos desconocidos que lo único en común que tienen es un hijo. Quien anhelaba conocer a su progenitor y ahora que lo ha logrado su deseo se transformó, se lo hizo saber a su padre, desea tener una familia. Para Sisa nada ha cambiado, con los días solo pudo constatar que Elliot ama su nueva vida, ella incluso ha pensado que no sería correcto llevarlo con ella, por más que le duela estar separada de su niño hermoso. Su consuelo es que lo podrá ver en vacaciones. Antes de que Sisa se vaya a descansar a su habitación —lamento que todo fuera un enorme fiasco. No era lo que imagine, mañana hablaremos, hay demasiadas cosas que debo decirte, al igual que tengo tantas preguntas que hac
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