Inicio / Romance / Mi Esposo CEO / Capítulo 241 - Capítulo 242
Todos los capítulos de Mi Esposo CEO: Capítulo 241 - Capítulo 242
242 chapters
Capítulo241
—¿Para qué viniste si no tienes dinero?Al oír que no tenía dinero, mi mamá me empujó bruscamente, mirándome con enojo.—Vine a cuidar a Samuel en el hospital porque estoy preocupada por ustedes.Empujada por mi mamá, me sentí desconsolada. La miré con tristeza y hablé en voz baja.—Si realmente estás preocupada, ¡saca el dinero para la cirugía de tu hermano! Si Samuel no se opera pronto, sus piernas quedarán inútiles. Es tu hermano de sangre, ¿acaso vas a quedarte mirando mientras se vuelve discapacitado?Mi mamá seguía creyendo que yo tenía el dinero y me negaba a darlo a propósito.—Mamá, por favor no me presiones más. Si tuviera el dinero, ¿cómo podría no darlo?Suspiré con resignación y, mirando los ojos furiosos de mi mamá, le hablé con seriedad.—Si todavía eres mi hija, no me importa cómo, pero debes conseguir el dinero para la cirugía de tu hermano. Si tu hermano queda discapacitado, ¡nunca te lo perdonaré en mi vida!Mi mamá me miró y me lanzó esas duras palabras, poniendo to
Leer más
Capítulo242
Ya era medianoche y, además, estaba lloviendo a cántaros. Las calles, normalmente bulliciosas, se habían convertido en un desierto urbano. No había ni un solo taxi a la vista, ni siquiera el destello lejano de sus luces. Por suerte, La Ledicia no estaba demasiado lejos, aunque la distancia parecía haberse multiplicado bajo estas circunstancias. Sin otra opción, me resigné a caminar, cada paso un desafío contra los elementos.Las aceras vacías amplificaban mi soledad. No había ni un alma en la calle, ni un rostro conocido o desconocido que pudiera ofrecer aunque fuera la ilusión de compañía. Caminaba bajo la lluvia incesante, cada gota un recordatorio frío de mi situación. Me sentía extremadamente desamparada, como si el mundo entero se hubiera desvanecido, dejándome sola en este escenario gris y húmedo.Después de lo que pareció una eternidad, mis pasos vacilantes me llevaron finalmente a La Ledicia. El edificio se alzaba frente a mí, familiar y a la vez distante. El apartamento de Arm
Leer más