Julia se sentía incómoda y quería poner fin a aquella ambigüedad, pero los paparazzi los perseguían y no se atrevía a hacer ningún movimiento, temiendo ser captada en alguna situación comprometedora que afectara las acciones de la empresa.Sintiendo su temblor, Andrés la tomó de las manos. —No tengas miedo. Julia sintió cómo sus manos se entrelazaban, y se acurrucó, desconcertada por un momento.—Andrés...Percatándose de su reacción, se puso aún más nerviosa.—No hables —dijo Andrés en voz baja.Su voz era suave y dulce, pero no podía soportarla en ese momento.—Pero... —repuso. Se sentía muy incómoda, con él tan pegado a ella, su rostro se volvió aún más rojo y ardiente. Pero aquello aumentaba, cuando el coche se sacudía, de vez en cuando, como si estuviera animando la situación. Julia se quedó sin aliento, agarrando la esquina de su blusa mientras su rostro se enrojecía cada vez más.Estaba muy nerviosa.Sin embargo, por su parte, Andrés permaneció impasible, abrazán
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