Al día siguiente, cuando me desperté, escuché las risas y los gritos que daba la pequeña Cintia, dandome cuenta de que el hermano de mi esposo ya la había traído a casa a primera hora de la mañana. Enseguida me levante de la cama y entre en el baño para ducharme, cuando termine volvi al dormitorio, me vesti con un vestido de color ocre por encima de las rodillas, escote terminado en V, zapatos de poco tacon, dejando mi pelo suelto, una vez que ya estaba vestida, me marche del dormitorio, baje las escaleras acercandome seguidamente hacia la cocina, ya que las risas de mi pequeña se escuchaban alli.— Hola buenos días — dije cuando entre, acercandome a donde estaba sentada mi hija, dandole un beso en su preciosa mejilla— Tofia, nos vamos a quedar a mimir esta noche en casa de la tía Alice — me dijo la pequeña, haciendo que yo mirara a mi reciente esposo un poco extrañada, ya que el no me había hablado de que tuviera ninguna hermana— ¡¡ Que bien, no ¡¡ supongo!, — le dije a mi hija, mi
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