Un rato después camina por el pasillo, menos desordenada. Un aroma cálido la conduce a la cocina, donde Marco se encuentra junto a la estufa, dando vueltas a los panqueques.—¡Di! —Vicky rebota en el mostrador y, ante la mirada mordaz de Fernanda, su sonrisa se vuelve tímida—. Lamento mucho haberte despertado.Su cabello rubio cae sobre su frente, sus ojos verdes se llenan de una genuina y tímida disculpa, y Diana no puede evitar sonreír.—Está bien, Vicky.Se sienta a su lado y le envía a Marco una sonrisa agradecida cuando coloca un plato rebosante de panqueques delante de ella. ¿Obviamente Marco ha intentado transformarlos en algo que pueda tener la forma de animales? No está muy segura, pero Vicky está emocionada.—¡Genial! ¡Tienes un tigre! —La niña mira fijamente su panqueque superior con un poco de celos antes de volverse hacia el suyo—. Me encantan los tigres, ¿sabes?Vicky continúa diciendo cosa tras cosa, metiéndose comida en la boca. Habla entre bocados y bebe su vaso de le
Leer más