La miro furiosa y niego con la cabeza. Me quejo porque no puedo articular bien las palabras, es imposible hablar con ese estúpido trapo en mi boca. Con urgencia necesito soltarle todas las verdades y lo que siento en este momento, pero es imposible hacerlo. Por eso me siento realmente molesta.-Soy ella, en efecto, lo que sea que estás pensando es completamente cierto. Y sí, podría sonar un poco ilógico, pero es la realidad. Soy Leah.Y finalmente logro ver su cara.Maldición.Es ella. La mujer de Central Park. La misma que se sentó a mi lado.No lo puedo creer. Al final mi intuición no se ha equivocado, se trata de esa mujer, la misma Leah. Paso saliva con dificultad y la miro otra vez.-No, no creas que te voy a permitir hablar ahora. La única persona que tiene que contar todo soy yo y me vas a escuchar muy bien, sí, es verdad que todo parece ser un desastre, pero tiene sentido una vez empiezas a escuchar todo lo que ha pasado detrás -asegura, pero solo esa mirada enfermiza me deja
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