Pero Rebeca no me dice nada que me haga sentir incómoda, solo me saluda cariñosamente y me da un beso en la mejilla, así que yo le devuelvo el gesto.Al parecer está contenta de verme, y yo también me siento igual, pero hubiera preferido no encontrármela así, es bastante obvio lo que ha pasado entre Zared y yo por el hecho de que solo llevo puesta su camisa.—Anastasia, espero que estés bien. Sinceramente no esperaba encontrarte aquí, pero me alegra mucho... Como puedes ver, estoy un poco desorientada en la cocina. Le prometí a mi hermano que le prepararía el desayuno, ahora que lo hago mejor me siento más confiada, pero sigo metiéndome en líos porque parece que la cocina y yo no nos llevamos muy bien. Tal vez podrías echarme una mano, sé que eres excelente en esto.—La verdad es que puedo preparar un desayuno americano sin problemas, pero no soy una experta en el tema... Creo que se me dan mejor los postres. De todos modos, puedo ayudarte.—Eres un sol, de verdad. Todo estaba bien, p
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