―Tranquilo, cielo. ―Karman tomó a su hijo en brazos. ―Estoy aquí, bebé, no llores. ―Está tan cansada que ni siquiera abrió los ojos, caminó por la habitación hasta llegar a la camilla donde cambia al bebé. ―De acuerdo, primero hay que cambiarte. ―Sonrió abriendo los ojos, su bebé es muy exigente igu
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