—¿Qué sucede, primo?Tadeo, que estaba detrás, vio la expresión de asombro de él y sintió que algo andaba mal, preguntándole apresuradamente.En ese momento, Eloy parecía como si le hubieran arrancado la mitad de su alma, parado en el lugar, con los ojos sin vida y empapado por completo en un sudor frío. Ante el interrogatorio de Tadeo, ni siquiera lo miró.—¡Tú, mocoso, ¿qué le has hecho a mi primo?Lorenzo respondió sarcásticamente: —Si quieres saberlo, ¿por qué no se lo preguntas mejor a él?—¡Maldito mocoso, te voy a asesinar! —explotó Tadeo muy enojado en el acto.Pero al instante, Eloy, que estaba al lado, de repente volvió en sí y le dio una fuerte bofetada a Tadeo.—¡Cállate! ¡Eres un fastidioso que solo sabe causar problemas!La bofetada no le dolió físicamente a Tadeo, quien era un gran maestro, pero lo hizo sentir como si su mundo se derrumbara en ese momento. ¡El daño no fue grande, pero la humillación fue totalmente extrema!—Primo, ¿por qué me pegas? ¿Qué te ha dicho ese
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