Bebí demasiado ese día. Como herí gravemente a Edmond, estaba muy excitado. No quería pensar más en ello. Por lo que valía, ya lo había matado. Se merecía que yo lo matara por codiciar a mi mujer.Pete, ese viejo zorro, obviamente se había dado cuenta de mi inusual comportamiento. Me preguntaba cons
Leer más