Elena ya no era bien recibida por sus suegros, y si Pedro los involucraban, seguramente la situación de ella empeoraría aún más.Además, con la actitud decidida de Pedro, Elena no podría detenerlo.Así que Bella se esforzó por sonar calmada. —Elena, me iré con él. Vuelve tú.Elena aún quería decir algo más, pero Bella la interrumpió: —No te preocupes, estaré bien. Por el bien de la abuela, él no me hará daño.Eso era algo en lo que Elena confiaba.—Llámame si necesitas algo.—Está bien.Apenas Bella terminó de decir eso, Pedro cerró las puertas del ascensor.Bella ya no forcejeó ni protestó. Simplemente preguntó con el ceño fruncido: —¿A dónde me llevas?Pedro, decidido a ignorarla, permaneció en silencio sin responder a nada de lo que ella preguntaba.Bella, frustrada, se rindió y cerró los ojos.Cuando llegaron al vestíbulo, el chofer ya tenía el auto estacionado.Pedro colocó a Bella en el asiento trasero y se subió también.En el coche, Pedro estuvo muy ocupado, atendiendo llamadas
Leer más