—¡Ah!Con el resplandor de su pecho expuesto, Carmen emitió un grito de pánico.El hombre excitado pasó la lengua por sus labios, extendió lentamente la mano derecha, a punto de desabrochar por completo los botones de la blusa de Carmen.—¡No, por favor!Carmen, con el rostro pálido, sacudía la cabe
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