—Señor Vargas, es cierto que dije que te quería antes, pero nunca dije que siempre te querría.—¡Magnolia!El hombre apretó su barbilla firmemente, mirándola intensamente, y de repente se dio cuenta de que ya no entendía a esta mujer.Antes, ella siempre estaba a su lado, cuidando de sus necesidades básicas, como si pudiera detectar lo que él estaba pensando y reaccionar de inmediato.Sus ojos también eran fáciles de leer, llenos de una especie de amor expectante.Pero de repente, esa mirada desapareció.Ricardo se sentía extremadamente incómodo, especialmente al pensar que ella podría mirar a otros hombres de la misma manera. ¡No podía evitar querer golpear a alguien, especialmente al hombre del hotel!Magnolia no retrocedió en absoluto, estaban muy cerca, sus narices casi tocándose.Sus respiraciones se entrelazaban, y la atmósfera se volvía extraña.—Ay, ¿qué están haciendo aquí ustedes dos? Chico, Maggie está embarazada ahora, debes tener cuidado, no se te permite tocarla.La abuel
Leer más