—No puede ser. Acabamos de empezar en esto, Elena. Es la primera vez que salimos y nos encontramos con tantas personalidades importantes. Supongo que aún nos sentimos un poco intimidadas, — dijo claramente Andrea con una risita coqueta, señalando a Elena. —¡Vamos, no te hagas de rogar, acompaña a Silvio a tomar una copa!Las miradas de toda la mesa se posaron directo en Elena, quien se sentía un tanto desconcertada, especialmente por la mirada de la persona a su lado, lo cual la hacía sentirse bastante incómoda.Andrea le colocó una copa en la mano y continuó: —Silvio es todo un experto en la industria, mucha gente desea sentarse a cenar con él, pero pocos tienen la valiosa oportunidad—. Mientras hablaba, aprovechó para agarrar la mano de Elena, apretando un poco más fuerte con un matiz de total advertencia.Recobrando la compostura, Elena alzó su copa directo hacia Silvio y dijo: —Silvio, en nuestro primer encuentro, te ofrezco un brindis.Silvio esbozó una leve sonrisa en sus labios.
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