Elena sintió que la persona sobre ella se tensaba por un momento, luego continuó con sus acciones.En el momento oportuno, sonó un suave golpeteo en la puerta.En esa casa, solo Carmen tocaba la puerta a esta hora.Silvio, molesto por la interrupción, no estaba de muy buen humor.—¿Qué pasa?Sin levantarse, solo preguntó con mal tono directo hacia la puerta.—Señor, aún no han cenado. ¿Por qué no cenan antes de dormir?Elena vio que Silvio se enojaba de nuevo. Aprovechando este instante, lo empujó con fuerza, tomó una prenda del armario, se la puso rápidamente y salió corriendo.Sin darse cuenta de que arruinaba el buen humor de Silvio, Carmen, al verlo bajar las escaleras, aun así le saludó con una sonrisa, pero él, con el ceño fruncido, pasó junto a ella sin ni mirarla.Viendo la expresión perpleja de Carmen, Elena se rio para sí misma con la cabeza baja.En realidad, Carmen tocó la puerta por dos razones: primero, era realmente hora de cenar; segundo, y lo más importante aún, el rui
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