Selene miró hacia la superficie del mar, con el ceño aún fruncido. No esperaba que él viniera a rescatarla nuevamente, y tan rápido...De repente, ¡Rafael agarró el cabello largo de Selene y apuntó un arma a su cabeza!—Perra insolente, ¡compórtate!Las lanchas rápidas eran demasiado veloces, escapar en los botes salvavidas ya era imposible. Ahora solo quedaba tomar a Selene como rehén, ¡porque era el mejor rehén!—Andrés, si no quieres que le vuele los sesos a Selene, ¡ordena a tus hombres detenerse!—Rafael miró las lanchas que se acercaban, obviamente asustado, y gritó a Andrés.Cuando Andrés vio a Rafael apuntando con un arma a la cabeza de Selene, su expresión se ensombreció, apretó los puños y las venas se le hincharon.Rápidamente, todas las lanchas se detuvieron.Al ver que las lanchas se detenían, Rafael se mostró algo arrogante y gritó en voz alta: —¡Andrés, realmente no puedes olvidar a tu ex esposa! ¡No puedo creer que el gran señor Andrés sea tan obsesivo! ¿Qué tiene de at
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