—Gracias, Octavio, entiendo— A partir de ahora, cada uno seguirá su propio camino, y no habrá más presencia mutua en nuestras vidas.—Ya es tarde, deberías descansar—Después de eso, la voz de Octavio se hizo escuchar de nuevo.—Tú también, buenas noches.—Buenas noches.Después de colgar el teléfono, Selene miró la hora y ya eran casi las doce.El aniversario de bodas estaba a punto de terminar.Miró la nieve que caía fuera de la ventana, ordenó sus cosas en la mesa, lavó todos los platos y se preparó para irse.—Vaya, señora, ¿te estás yendo sin siquiera despedirte?— doña Galadriel miró a Selene parada en la entrada con un tono sarcástico.—¿Qué pasa? ¿Debo informarte cada vez que me voy?— Selene se volvió hacia doña Galadriel con una sonrisa en el rostro, pero sus palabras eran sarcásticas.Galadriel se quedó sin palabras por un momento y gritó: —Don Andrés ni siquiera te quiere, has estado persiguiéndolo todos estos años, y al final, Selene, mira hasta dónde has llegado.—Por mucho
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