En tanto que Hilario estaba pregúntandola, se le había caído a Eliana la cabeza, dando muestras de estar profundamente pensativa. En realidad, tampoco sabía la respuesta a esa pregunta. Estaba muy nerviosa y asustada, pero no por ningún hombre, sino porque tenía miedo de un accidente y nada más. —Dime. —habló Hilario en voz baja, llena de intimidación. —Eres mi jefe y Roberto es mi socio. Sois vitales para el proyecto. —ocultó Eliana su agitación interior y respondió a la pregunta con una sonrisa, como si la pregunta fuera tan aburrida.El hombre abrió la boca, pero no encontró palabras. —Señor presidente, no quiero asumir la responsabilidad de un accidente causado por la pasión. Aunque ella no eligió entre los dos hombres, eso no era la respuesta que él quería. Entonces, Hilario se inclinó para besarla, pero ella lo esquivó—Señor presidente, creo que mi rechazo es explícito. Cerca de la puerta, Eliana aguardaba con los brazos cruzados y lo miró con disgusto en sus ojos. Había qu
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