El cuarto de baño del club de lujo tenía toallas limpias colocadas ordenadamente para que los invitados se limpiaran las manos.Estela caminó junto a ella y abrió el grifo, fingiendo curiosidad, —Señora Ruiz, ¿desde cuándo conoce al señor Ruiz?Lorena bajó la cabeza y sonrió, sin contestar.Estela se sintió incómoda de repente, —Señora Ruiz, ¿vivía usted en Canadá desde pequeña?Lorena cogió lenta y metódicamente la toalla, sin limpiarse las manos, y la empapó.—Señorita Serrano, es usted muy curiosa. ¿Porque ha hecho demasiados malos? —dijo suavemente.La cara de Estela cambió al instante, «Juan no me ha presentado. ¿Cómo sabe ella que mi apellido es Serrano?»La sonrisa de Lorena era escalofriante y extremadamente fría.Estela se sorprendió tanto que tembló un poco, —¿Tú eres Lorena?Lorena agarró el agua de su toalla, la miró y sonrió, —¡No, soy un fantasma, estoy aquí para quitar tu vida!Sus palabras parecieron asustar de verdad a Estela, Estela no pudo evitar estremecer
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