En ese momento, los Ramírez estaban muy molestos.Juan, con el ceño fruncido, se sentó en el sofá y permaneció en silencio durante un buen rato. Acababa de regresar de la comisaría, donde logró la libertad bajo fianza para Elena.Aunque compensaron las pérdidas de la tienda de moda de manera limpia en el acto, debido al monto involucrado en el caso y a la negativa de Lina de llegar a un acuerdo, parecía que Valentina estaba destinada a ir a la cárcel, con una estimación inicial del abogado de al menos tres años.García, que acababa de despertar, al escuchar que su hija, en buena forma, iría a la cárcel por tres años, se quedó atónita.—Juan, escucha a mamá, ¡tu hermana no puede ir a la cárcel de ninguna manera!— García, con voz temblorosa, parecía no creerlo: —¡es tan joven, cómo puede vivir y comer con ese grupo de malas personas! Seguro que se derrumbará.—Hijo, ve a hablar con esa mujer llamada Lina. En el peor de los casos, mejora tu actitud al hablar. Hazla feliz por unos día
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