En la mente de Alvaro, Delicia siempre había sido perfecta, y ahora... ¡todo eso había durado una década! Mirando a Carlos, tan agradable a la vista, uno no podía evitar preguntarse qué clase de desastres amorosos le esperaban en el futuro, y si una mirada suya sería suficiente para marcar a alguien para toda la vida.—¿En qué estás pensando? —interrumpió el hombre, que ya había cortado el filete en pequeños trozos y los había colocado frente a ella.Delicia volvió a la realidad, —Lo siento.—No hay problema. —respondió Carlos.Mateo, observando la interacción entre los dos, no podía evitar sentir que la cena, que se suponía era para celebrar su éxito al conseguir el terreno junto a Jardín del Dragón en Colinas del Alba, se había convertido en algo más.¿Cómo había terminado sintiéndose como un extra en esta situación?Justo cuando Delicia estaba a punto de decir algo más, su teléfono vibró en la mesa. Con solo una mirada, reconoció el número de Alvaro. Desde su divorcio, había borrado
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