—¡No! —Judith exclamó con incredulidad—. ¡Prometió que me ayudaría, prometió que Noah sería mío! Noah, por favor, no quise hacerte daño —le suplicó desesperadamente—. ¡Por favor, ayúdame! ¡Sabes que me preocupo por ti! —Quizás lo hiciste —dijo, —pero por otro lado, ciertamente pretendías que Ari
Leer más