—¿Entonces vamos a probarlo? —Silvana respondió con entusiasmo, mientras las dos charlaban sobre los platillos del restaurante y se alejaban poco a poco.Diego y Alonso, quienes se miraban con desagrado, perdieron el interés en quedarse atrás y, sin decir una palabra, se dieron la vuelta y siguieron a Valentina y Silvana.—Yo también tengo hambre, iré con ustedes a probarlo. —dijo Diego con una sonrisa en el rostro.—Valen, ese restaurante es de un amigo mío. En un momento, le pediré que venga a explicarnos el menú. —comentó Alonso con entusiasmo.Diego respondió, —Podemos pedir por nuestra cuenta, ¿para qué necesitamos explicaciones?Alonso contestó, —Tengo pensado explicarle a Valen, no a ti.—Alonso…—Diego…La competencia entre los dos continuaba, y Valentina empezó a sentir un dolor de cabeza.—Silvana, ¿Diego suele comportarse así? —Valentina le preguntó en voz baja a Silvana, mirando a Diego con extrañeza. ¿El presidente del Consorcio Industrial Mexa, quien dirige todas
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