Daf…Él pronunciaba su apodo cariñosamente, susurrando en su oído las palabras más irónicas de forma más suave pero seductora…Dafne se rio con los ojos rojos.Hans bajó la cabeza mientras ella levantaba ligeramente el mentón para enfrentar su mirada burlona y lo cuestionó:—Si esta noche no me hubiera escapado de la habitación, Hans Rivera, ¿te arrepentirías?O sea, ¿intentaría a regresar al salón para salvarla? Incluso si tuviera la intención…Sin embargo, el apuesto rostro del hombre se oscureció aún más. Solo la miró con sus ojos profundos, guardando silencio …Parecía que Dafne había obtenido la respuesta, pero sintió un fuerte resentimiento en su corazón. Las lágrimas se deslizaron desde sus ojos mientras repetía con voz entrecortada:—Hans, dime… tu respuesta.Sí, o no.Solo necesitaba una respuesta directa para acabar con todas sus esperanzas.De repente, Hans dijo:—Dafne, ¿sabes qué? Ya “he muerto” una vez. No, de hecho, dos veces. ¿Sabes cuándo fueron esos momentos?Hace sei
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