Ella Al principio el poder llega despacio, y me siento como un pote de terracota seca al que le caen las primeras gotas de lluvia. Pero entonces, cuando mi cuerpo comienza a llenarse de poder, a absorberlo como una arcilla sedienta, el poder comienza a entrar en mí como una tormenta de verano. Moja todo de mí, salpicando mi cansada alma como una pomada refrescante. Pero entonces, incluso cuando siento que tuve suficiente, sigue viniendo, y viniendo. La tormenta de poder que hay en mí crece hasta convertirse en un aguacero, hasta que me llena y me desborda. Hasta que llega a mi garganta, amenazando con llenar mi boca, mi nariz, mis pulmones. Echo la cabeza para atrás, desesperada por mantenerme encima de la marea, pero no para. Jadeo, luchando, pero puedo sentirlo bajando por las esquinas de mi boca, entrando a pesar de mis esfuerzos... Si tan solo tuviese más tiempo, si tan solo hubiera sido más fuerte, pero no puedo contra esto, es demasiado... Escupo, intentando man
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