SebastiánEstaba bastante nervioso. En pocos minutos la ceremonia de la boda se iniciará y yo aún no había terminado de arreglarme. La corbata parecía torcida, intenté enderezarla, eso me enojó. Respiré hondo y conté hasta tres con la esperanza de mejorar mi ánimo. No es que estoy triste, al contrario, estoy inmensamente feliz de casarme con una mujer que elegí para mi vida, solo que con eso, una carga emocional se detuvo sobre mis hombros.En todo momento me pregunté si realmente podría dar una vida digna a mi esposa. No me refiero a lo financiero, porque eso, gracias a Dios, me sobra. Me refiero a lo emocional. Todavía tengo problemas con mi anterior matrimonio, y por unos segundos pensé que no lo había superado.Por esos pensamientos, no me considero digno de ser un hombre a la altura de la mujer increíble que me casaré. Lo mejor de todo, es que ella me acepta con mis traumas, mis inseguridades, y mi pasado. Soplo un aire. Me sonrío frente al espejo.— Eres un hombre increíble, y v
Leer más