El estudio quedó sumido en el silencio. Adriana sintió un nudo en la garganta al tragar la fruta. Sabía que Omar nunca renunciaría a sus beneficios, ni siquiera por amor verdadero, y mucho menos por ella, que no significaba nada para él. A pesar de eso, su corazón se apretó al escuchar la indiferencia de Omar.Adriana suspiró, retomó el plato y bajó rápidamente las escaleras por otro camino antes de que alguien saliera de la sala de lectura. Poco después, cuando se sentó en el salón, la puerta de la sala de lectura se abrió de golpe. Omar y Ricardo Sánchez bajaron las escaleras uno detrás del otro, con expresiones severas en sus rostros. Aunque Omar siempre parecía serio, estaba claro que Ricardo estaba disgustado.Esa noche, la cena resultó un tanto incómoda debido a la ausencia de los dos tíos de Adriana. En la mesa del comedor, como anfitriona, Beatriz atendía a Omar con pasión. Adriana se dio cuenta de que Omar estaba claramente incómodo por el trato especial y eso le pareció graci
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