Julieta no sabía cómo responder a Jared, así que asintió y dijo:—Está bien, cuida bien a tu hermana. Si necesitas algo, búscame.—Gracias, señorita Rosales. —Jared le agradeció y luego se fue.En un principio, Omar las iba a acompañar. Sin embargo, Ismael tomó el equipaje de Julieta y lo colocó en el coche primero.—Omar, enfócate en tu labor como médico. No necesitas preocuparte por estas cosas —dijo Ismael.Omar se sintió un poco ofendido, así que dijo:—Ismael, ¿por qué me tratas como a un enemigo?—Porque temo que eres un espía enviado por Leandro —respondió Ismael.—Realmente no lo soy.Omar se acercó a su oído y susurró:—No te preocupes, no soy tu rival amoroso.Al escuchar esto, Ismael le lanzó una mirada de advertencia y dijo en voz baja:—No dejes que Julieta lo sepa, o serás exterminado.—No te preocupes, señor Soto.Omar asintió repetidamente. Después de todo, no tenía intención de chismorrear.En los Apartamentos Cima Dorada.Tan pronto como llegaron, Ismael recordó a Jul
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