Matteo mira fijamente a Carlo mientras intenta controlar los sentimientos de minutos atrás.— Sabes, suegro, pensé que tú conocías las consecuencias de mentirle al Don. — Dice, caminando hacia la mesa y sentándose en la silla de Carlo.— ¿Qué quieres decir con eso, chico? No he mentido en absoluto. — Responde con aprensión.— ¿No has mentido? — El hombre niega con la cabeza.— Nunca mentiría a él, Francesco. Además de ser el Don, también es mi amigo.— Me pregunto cómo los medios ya tienen información sobre mi compromiso, cuando la cena fue solo con las familias y algunos consejeros.— Yo, yo tampoco lo sé, alguien debe haber vendido la información. — Dice, apartando la mirada de Matteo, que permanece sentado.— Alguien, pero ¿quién sería? Debe ser alguien que no tenga miedo de ser castigado. — Dice y se levanta, acercándose al hombre mayor.— ¿Qué estás insinuando? — Carlo pregunta con voz alterada.— No estoy insinuando nada, lo estoy afirmando. Tú, querido suegro, vendiste la infor
Leer más