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Todos los capítulos de Venganza y Amor: Capítulo 31 - Capítulo 40
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Decisiones
Los ojos de Adrien se encuentran con los míos, y veo el remordimiento en su rostro.— No es nada importante, cariño, no es lo que piensas — dice con nerviosismo.Intenta acercarse a mí, pero en un movimiento brusco, me aparto. Siento el dolor y la incertidumbre que se apoderan de mí, preguntándome qué ocurrirá a partir de ahora.— ¿Y qué se supone que pienso? — grito furiosa, tratando de contener las lágrimas — Escuché claramente lo que dijo sobre exponer tus planes, además de acusarte de enamorarte de mí.— Isa, por favor, tranquilízate y déjame explicártelo.— Bueno, yo me voy de aquí, estoy de sobra en esta reunión de parejas — dice la rubia descaradamente.Se dirige a la puerta, pero antes de salir, se voltea hacia Adrien y le dice:— Ya sabes dónde encontrarme, mi amor.Le guiña el ojo y le lanza un beso, alejándose como si nada hubiera pasado. Me quedo paralizada, sintiendo una inexplicable necesidad de tomarla de su cabellera rubia y dañar su perfecto rostro de Barbie.Siento l
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Abrumada por mis sentimientos
— ¿Estás segura de que eso es lo que quieres? — me pregunta Tania mientras nos acomodamos en el sofá.Una vez que Adrien aceptó la condición para volver con él, decidí llamarla para contarle mi decisión. Como era de esperar, soltó un grito y de inmediato, arrastrando a Ryan consigo, me pidió que la esperara en el apartamento.— Sí, sé que suena loco, pero ya lo he decidido, beba — le doy un abrazo fuerte, porque se que voy a necesitar su apoyo además de extrañarla.— Lo que me preocupa es que estarás sola, Tita. No puedo dejar mi trabajo ni a Ryan aquí, para acompañarte — me dice con preocupación.— Lo sé y no te pediría eso, pero debo hacerlo. Adrien debe pagar por cada lágrima que derramé en el suelo.Nunca había sido una persona vengativa ni guardaba rencor, por lo que Tania me mira con curiosidad.— Aun no entiendo por qué Adrien aceptó esa condición — dice dramatizando su sorpresa y llevándose una mano en su boca.— Yo sí. Seguramente aún me necesita. Después de quedarme sola.
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La duda vuelve al acecho
Nos dirigimos hacia el apartamento en el que solíamos vivir antes de que me fuera. Estamos preparandonos para ir al salón de fiestas del hotel, donde Adrien me comentó que nuestras familias tenían una reunión de bienvenida planeada. Aunque él me había asegurado que sus padres ya sabían todo, me sentía un poco avergonzada con la idea de estar frente a ellos.Vestí un hermoso vestido blanco strapless con una falda de vuelo, y lo complementé con unos tacones rojos. Esta vez, decidí dejarme el cabello suelto. Cuando salgo del vestidor, Adrien me mira y sonríe. Él lleva un traje azul oscuro y una camisa azul clara. No puedo evitar mirarlo como la primera vez que nos vimos.— Luces hermosa, como siempre — comentó Adrien, con un toque de ternura.— Gracias — le contesté simplemente.Es imposible ignorar lo increíblemente apuesto que se ve, pero, no pretendo decírselo. Mis planes de venganza definitivamente no están saliendo como los imaginé. Por un lado, Adrien suele mostrarse frío e indife
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La bienvenida
Con mis ojos, firmemente cerrados bajo el velo de mis párpados, percibo el suave aliento que, como una brisa de seda acaricia mi mejilla y se desliza hasta adentrarse en mi oído; allí, entre el eco palpitante de mi pecho, escucho el susurro mudo de un deseo, dónde resuenan las palabras que mis labios atesoran y el anhelo infinito por el beso que solo en sueños puedo robarle.No sé cuánto tiempo transcurrió hasta abrir mis ojos. Al hacerlo, noto que está sentado, erguido y observándome, esperando mi reacción. Cierro los ojos nuevamente, intentando pensar con sensatez. Me odio por ser un mar de emociones que revelan mi vulnerabilidad frente a él. Adrien lo sabe y siempre ha utilizado eso en mi contra, porque conoce el poder de sus palabras, su forma de mirarme y sus caricias. Entonces, abro los ojos y lo miro intensamente.— Necesitarás mucho más que tus trucos de seducción para lograr que caiga nuevamente ante tus besos y caricias — afirmo decidida a proteger mi corazón herido.Al prin
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Mi mejor amiga
— No puedo creer que hayas venido, beba — susurro incrédula mientras la abrazo con fuerza. Lágrimas de alegría caen por mis mejillas mientras me embarga la emoción y la sorpresa.— Lo sé, Tita, yo tampoco puedo creerlo — dice Tania.— ¿Qué haces aquí? — pregunto mientras me separo un poco para verla a los ojos.— Vine a sorprenderte, Tita. ¿No lo esperabas? — contesta con una sonrisa que ilumina su rostro.— No, en definitiva no lo esperaba. Pero ¡gracias, gracias por venir! — respondo emocionada y la abrazo de nuevo. — Te extrañé mucho, beba. Aunque solo hayan pasado unas horas.— Yo también te extrañé, Tita. Pero ya estoy aquí, y no me voy a ir de nuevo tan pronto. — Me promete — Bueno, tuve que hacer algunos arreglos y cambiar algunos planes, pero no podía dejarte sola.— ¡Oh, Tania! eres la mejor amiga que alguien podría tener. Gracias por hacer todo esto para estar aquí conmigo. — digo, apretando sus manos con cariño.Después de soltarla, comienzo a analizar la situación y me do
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Consentida
Subimos al auto y el mareo ha disminuido un poco. Al cabo de un rato me siento mucho mejor, aunque todavía no he recuperado todas mis fuerzas. Adrien continúa analizándome con atención, al pendiente de mi estado. Su actitud me confunde, ya que ahora es más atento y cariñoso, a diferencia de su actitud fría y distante durante el viaje.— No has comido nada, voy a pedir algo para que cenemos cuando lleguemos — dice mientras aprieta mi mano — ¿Qué te apetece comer, mi amor?Me quedo mirándolo, aún confundida, pero sí, tenía razón, no he comido y tal vez eso haya contribuido a que mi cuerpo colapse. Antes de que pueda decir algo, Adrien continúa:— ¿Te apetecería spagghetti a la carbonara? — dice con una mirada incitante.Mis ojos brillan y no puedo evitar que se me haga agua la boca. ¡Es mi platillo favorito!— Sí, me encantaría — respondo con una amplia sonrisa.Adrien me devuelve una cálida sonrisa al notar mi entusiasmo. Sus ojos brillan con la misma chispa que me atrajo desde el pr
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Consumida por el deseo
Me llevó unos minutos decidir perseguir a Adrien; a pesar de saber que eso dejaría en suspenso mis planes de venganza, simplemente necesitaba estar con él. Salgo al pasillo para dirigirme a la otra habitación, donde imaginaba que Adrien estaría. El aire nocturno está gélido, así que me envuelvo en mis brazos, buscando aliviar el frío que me atraviesa.Entro en la habitación, con el corazón palpitando aceleradamente. Al notar la luz encendida, rápidamente me doy cuenta de que Adrien no está allí.No escucho su aproximación hasta que siento su respiración rozando mi nuca.— ¿Necesitas algo? — susurra.Su voz me estremece de manera irresistible, y lentamente giro hacia él. Está allí, con su pecho desnudo desafiando el frío y sus pantalones de franela. Su cabello aún lleva rastros de humedad, lo cual significa que acaba de ducharse.— Sí, te necesito a ti — logro articular, humedeciendo mis labios con timidez.Sus ojos brillan con intensidad, reflejando el cálido resplandor de la luz que
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Hecha un lío
Mi vendetta, que una vez fue tan sólida y poderosa, ahora se desmorona lentamente ante mi determinación. Anhelaba continuar saboreando la presencia de Adrien, pero en lo más profundo de mi ser, unas voces insidiosas susurraban, recordándome la posibilidad de que él jugara nuevamente con mis sentimientos. A pesar de mi decisión firme, mi mente seguía turbada por estas dudas que se infiltraban en mi ser.A medida que me sumergía en mis reflexiones, me encontraba en un cruce de caminos. Por un lado, estaba la sed de venganza que me había mantenido en pie durante tanto tiempo, alimentada por la traición que había sufrido. Por otro lado, estaba la incertidumbre de si valía la pena arriesgarme a ser lastimado nuevamente.Pese a mis esfuerzos por mantenerme firme en mi determinación, estos pensamientos me abrumaban y me llevaban a cuestionar si estaba tomando la decisión correcta. Tal vez, en el fondo, había una parte de mí que buscaba otra salida, algo distinto a la amargura y el dolor ajen
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Una charla con mis padres
Después de despedirme de Tania en el café, me dirigí a casa de mis padres para encontrarme con Adrien. Estábamos ansiosos por almorzar juntos y pasar un rato agradable. Mientras caminaba por las animadas calles de la ciudad, mi teléfono sonó, indicando una llamada entrante. Al sacarlo del bolsillo, me di cuenta de que era él.— ¡Hola! — respondí con entusiasmo —. Estoy en camino a casa de mis padres, ¿qué sucede?— Llamo para avisarte que surgió algo inesperado en el trabajo y no podré llegar a almorzar — me dice con seriedad.— ¿Sucedió algo malo? — pregunto curiosa, su tono de voz me intriga.— No, cariño, solo que debo acudir a una cita de último momento — responde tranquilamente. Noto que oculta algo, pero decido no insistir.— Está bien, mis padres entenderán. No te preocupes — le respondo, un poco decepcionada —. Nos vemos más tarde.— Te amo, Isa — concluye diciendo.Aunque anoche le había dicho que lo amaba, en esta ocasión me encontré en una situación complicada y no pude res
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En busca de respuesta
Después de disfrutar de una deliciosa comida y pasar un rato juntos, tomo la decisión de llamar a mis suegros. Aunque habíamos hablado el día de la bienvenida, todavía sentía que les debía una explicación. Quizás mi sensibilidad me empujaba a buscar su consuelo y escuchar sus palabras de apoyo.Tomé el teléfono con cierto nerviosismo, esperando que la llamada fuera bien recibida. Marco el número de Sophia, cada tono parece eterno hasta que finalmente, ella contesta con su voz cálida y familiar. Después de saludarla con cariño, le expliqué de manera honesta mis motivos para llamar. Le conté cómo me sentía y la importancia que tenía para mí tener la aprobación de su familia.Escucho en silencio mientras Sophia me brinda sus palabras de aliento y comprensión. Su amor maternal y su sabiduría me reconfortan, sintiéndome bendecida de tenerla como parte de mi familia. Soy afortunada de contar con ella como suegra.Sophia me dice que me espera en su casa para que podamos hablar mejor, así qu
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