Los dos sujetos que estaban un poco más atrás del que había hablado estaban armados, uno con un rifle de caza, el otro con un enorme cuchillo tipo “Bowie” Clyde y Adam no contestaron, en parte por el asombro, y por otro lado, no sabían quiénes eran esos sujetos ni tampoco qué querían. —¿Les comió la lengua el gato? —dijo el que había hablado primero. —Yo creo que están cagados del miedo —dijo el que tenía el cuchillo. —No tenemos miedo —dijo al fin Clyde, reponiéndose de la sorpresa— ¿Quiénes son ustedes y qué quieren?. —Este se ve muy “gallito”, Cliff —dijo el que llevaba el rifle, dirigiéndose al que parecía dirigir al grupo. —Me gustan los hombres valientes —dijo el llamado Cliff— Al final veremos de qué está hecho el muñeco. Clyde los miraba con cuidado, no sentía miedo, aunque estaba un poco aprensivo porque no había logrado que el conjuro funcionara. Adam sí que estaba asustado, aunque confiaba en que su amigo lo protegería, pero él no era inmortal ni tenía las habilidades
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