AYSELMiro al rededor y no comprendo que pasa, mi familia está en frente de mí y no hay rastro de las mujeres que me querían lastimar, pero no recuerdo que paso, o porque todos me están mirando. “No te preocupes, tú y yo somos una, yo te cuidare”Podía oír una vez más aquella voz en mi mente.“¿y quién eres tú?”“Yunuen, tu bruja”— Aysel. — Mi madre avanzaba hacia mí, pero un lobo se colocó delante impidiendo su paso, recordé de inmediato, ese lobo color canela con manchas negras, es Abel.— Tranquilo Abel es mi madre. —Aún en su forma de lobo, se comportaba de manera formal, bajo su cabeza y camino hacia atrás, mi madre avanzo y me abrazó.— ¿Estas bien? Vidar olió tu sangre. —la preocupación era obvia en cada palabra.— Estoy bien. —Conteste mientras llevaba mi mano a mi mejilla, no tenía rastro alguno de herida, ya se había cerrado, aunque recordaba el dolor.— Vamos a la casa. — Fue todo lo que dijo Anuk, me miraba aún con más desagrado que antes, y eso dolía, ¿por qué me hací
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