Sebastián se quedó ahí estático, no podía moverse, solo vio como sus suegros salir del Palacio, el semblante del Rey confirmó la teoría que había estado rondando en su cabeza, y era una que lo hacía muy feliz, “su princesa dorada estaba con vida”, así que una sonrisa se dibujó en el rostro del joven príncipe y sintió que su corazón revivió y saltó de alegría, así que el sin perder tiempo regresó al gran salón, con la intención de buscar a su amigo Marcus, pero como era de esperarse se encontró con Leónidas que estaba furioso, tan furioso que sin importarle algunos de los presentes, lo tomó por un brazo con violencia y lo llevó hasta el despacho __ ¿acaso has enloquecido?, esa cualquiera está muerta, entiéndelo y si no es así, y se han burlado de mí, le declarare la guerra a ese maldito Reino y arrasaré con todo a mi paso, Sebastián sintió tantas ganas de golpear a su padre, pero solo frunció el ceño y se zafó abruptamente de su agarre, antes de responderle __ En primer lugar, soy tu
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