40. Un desalmado
Melanie estaba completamente confundida con la actitud de Gabriel, ¿Que le pasaba?, ¿Por qué se veía tan afligido? — Gabriel, ¿Qué ocurre?, ¿Te pasó algo? El no respondió, solo la besó apasionadamente luego la tomó por los glúteos y la alzó para pegarla completamente a su cuerpo caminando despacio hacía la habitación de Melanie. — Permíteme por esta noche refugiarme en ti, hablemos mañana, te pido que seas mi consuelo, quiero perder en ti y no pensar en el pasado. — ¿Me necesitas?— , preguntó un tanto extrañada pues hasta el momento él siempre le había demostrado que podía pasar de ella sin ningún esfuerzo. — Si, estar dentro de ti, sentirte a mi alrededor me hace perderme, sentir paz… Melanie estaba llena de dudas, nunca imaginó una situación como esta, su visión de aquella noche era una gran pelea, reproches y concluiría con ella haciéndose cargo sola de su bebé. Por su parte Gabriel tomó la iniciativa, sin dejarla pensar mucho más entró con ella en la habitación y le hizo el
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