EMBOSCADA Y SECUESTRO. ―Mami, ¿seguro que no podemos acompañarlas? ―pregunto Rowan haciendo un puchero. ―No, cielo. Mejor quédate aquí, Daphne y yo regresaremos rápido. ―Mamá, déjame ir, sabes que me gusta cazar. ―la pequeña Leah le dio una mirada suplicante a su madre. ―No, cariño. Tal como dijo Aylin, regresaremos en poco tiempo. Daphne le pellizcó la nariz y le dio una sonrisa. Las dos habían decidido salir a cazar al bosque, la mayoría de los guerreros se habían marchado con Leandro y Cassian, y los que quedaron no eran muy buenos atrapando la cena. Sin embargo, Aylin y Daphne eran buenas cazadoras. ―¿Estás lista? ―le preguntó Aylin a Daphne, acomodándose una daga en el cinturón de cuero ―Sí, y tú, ¿ya tienes tu arco? ―Estoy lista ―respondió Daphne con una sonrisa y acomodó el arco en su espalda. Luego miró a su hija ―No hagas travesuras, Leah. Pórtate bien hasta que regrese, ¿de acuerdo? La niña asintió con una sonrisa, pero, de hecho, ya había planificado con Rowan ir a l
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