Después de apartar la mano de Joana, quizás debido a su fuerza excesiva, mi movimiento hizo que su cuerpo girara descontroladamente, y el niño que sostenía con una sola mano se soltó y salió volando...La multitud al alrededor exclamó, —¡Ay… ¡el niño!Vi todo con gran claridad, viendo al niño caer, actué instintivamente. Extendí la mano, sintiendo la urgencia en mi interior. No me importaba si podía mantenerme en pie, solo tenía un pensamiento en mente: atrapar al niño.Cuando atrapé al niño en ese momento, para evitar que quedara atrapado debajo de mí, torcí mi cuerpo y lo protegí. Me esforcé demasiado y caí hacia atrás, con un golpe sordo. Mi cabeza golpeó el suelo, vi estrellas, y mi brazo me dolió intensamente.Sostenía al niño firmemente contra mi pecho, sintiendo dolor en todo mi cuerpo. Ese momento fue tan rápido que ni siquiera pude reaccionar.Oí un grito de Sofía, que llegó tarde a la situación, —…¡Hijo! ¡Mi hijo!—¡María!Teo fue el primero en arrodillarse ante mí, diciendo,
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