Los usuarios de internet no se tomaron la molestia de entender la verdadera situación, lo que resultó en un caos total.Las ventanas de mi habitación del hospital fueron destrozadas, la puerta fue derribada, y los enfurecidos asaltantes me lanzaron huevos, verduras podridas, y pescado y mariscos descompuestos. La habitación quedó en un estado desastroso, con un olor insoportable y un desorden absoluto, peor que un basurero público.La situación se había salido de control. Teo, protegiéndome, también fue cubierto con el líquido de los huevos.Finalmente, después de que el hospital llamara a la policía, los oficiales llegaron y se llevaron a varios alborotadores, dispersando a la multitud. Solo así terminó este horrendo incidente.Cuando Luciana, alertada por las noticias, llegó y me vio temblando de miedo, me abrazó sin importarle el desorden, llorando incontrolablemente.Quizás porque ya había llorado toda mi tristeza la noche anterior, me quedé sin lágrimas y sin emociones, simplement
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